El Estado de los Haberes Previsionales frente a la Inflación y Suspensión de La Movilidad

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A septiembre de este año, el haber mínimo acumuló un aumento del 28,8% mientras que el mayor aumentó el 18,4%. El cambio de la fórmula de ajuste se restó entre 6 y 17 puntos porcentuales de los valores esperados.

En los últimos años, los aumentos para jubilados y pensionistas perdieron frente a la inflación. ¿Se puede repetir la situación en 2020?

El resultado depende del porcentaje del último incremento del año, que se otorga en diciembre y que se puede determinar nuevamente por decreto, como sucedió en meses anteriores. Y también las cifras finales de inflación anual, que actualmente se estima en 36,9%, según consenso de consultoras privadas.

Sin embargo, es posible calcular cuánto perdieron en lo que va de año como consecuencia de la abolición de la fórmula de movilidad. Si se aplicaran los incrementos previstos en la Ley 27.426, que fueron sancionados en 2017, las pensiones habrían tenido un incremento acumulativo para el conjunto de 2020 del 42 por ciento.

El cálculo se basa en la consideración de los incrementos que hubieran resultado en marzo (11,56%), junio (10,89%), septiembre (9,88%) y diciembre (4,48%), estimados para el último tramo del año por la abogada previsionalista Andrea Falcone. Esta cifra total final, 42%, está muy por encima de la inflación del 36,9% esperada por los economistas, según el promedio de la Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central.

En tanto, los incrementos otorgados hasta el momento por decreto se ubicaron entre el 3,75% y el 12,96% en marzo, dependiendo del nivel de ingresos, 6,12% en junio y 7,5% en septiembre. El resultado acumulado fue inferior al que habría resultado de la aplicación de la Ley de Movilidad durante el mismo período, explicó Falcone.

En el caso de los de menores ingresos, se otorgaron bonificaciones extraordinarias entre finales de 2019 y principios de este año, lo que les permitió compensar lo que les hubiera correspondido. Sin embargo, a medida que aumentan las clases de ingresos, surgen pérdidas porque los aumentos a principios de año fueron menores que en la parte inferior.

La fórmula de movilidad aprobada bajo el gobierno de Mauricio Macri fue descontinuada desde diciembre del año pasado por el gobierno de Alberto Fernández. Esta movilidad se basó en el 70% de la inflación y el 30% del salario medio y tuvo que aplicarse trimestralmente (en marzo, junio, septiembre y diciembre), pero con un retraso de seis meses en el índice de referencia.

Según cálculos del abogado de pensiones Adrián Troccoli, las jubilaciones mínimas en septiembre aumentaron un 28,8% mientras que los activos máximos aumentaron un 18,4%. Mientras tanto, si se hubiera aplicado durante ese período, el aumento por movilidad suspendida habría alcanzado el 35,1 por ciento.

Las jubilaciones perdieron entre el 6,1% (en el caso más bajo) y el 13,7% (para los salarios más altos) en comparación con la fórmula anterior, estimó el especialista.

Actualmente, el crédito mínimo es de $ 18.129 y el máximo es de $ 121.990, excepto en casos especiales como con el poder judicial y funcionarios.

Según la encuesta de la Defensoría del Pueblo de La Tercera Edad bonaerense, la canasta básica para la tercera edad es de $ 49.614, un aumento del 31,2% con respecto al valor de fines de septiembre del año pasado.

“La medición toma en cuenta el costo de vida de los jubilados que viven en las grandes ciudades, como costos de vivienda, alimentos, productos de higiene y limpieza, medicamentos y artículos de farmacia, impuestos y servicios, transporte, vestimenta y costos de recreación”, explicó Eugenio Semino.

En las próximas semanas se espera que la Comisión Bicameral de Movilidad Previsional del Congreso, que en septiembre realizó rondas de consultas con especialistas en el tema, presente la propuesta de una nueva fórmula de reajuste de jubilaciones y pensiones que se aplicará en 2021. No está definida, pero la idea más fuerte considera una combinación de índices de crecimiento salarial, inflación y con un techo a la variación en la recaudación tributaria.

Para el próximo año, el presupuesto prevé un 29% de inflación y el incremento para el rubro de pensiones es de 32%, dice el diputado Marcelo Casaretto, quien es presidente de la comisión bicameral.

Tampoco se decide si los futuros incrementos se producirán trimestralmente, lo que se ha hecho hasta ahora. Desde la oposición, afirman que las definiciones se tomarán cuando las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) estén más avanzadas.

“La ley de movilidad de Macri fue creada para que los jubilados no salgan perdiendo contra la inflación. Y perdieron. Desde 2016, las pensiones acumulan un retraso frente a la inflación”, dice Adrián Troccoli, abogado de pensiones. Como se detalla, la inflación acumulada de 2016 a junio fue de 368%. Mientras que las pensiones durante ese período tuvieron una movilidad del 291% para los más bajos y del 260% para los más altos.


Si no corrigen esta diferencia, se ajustarán a quienes contribuyeron. La diferencia que debe aumentar es del 14,64% para el haber mínimo y 24,78% para el haber máximo. Con eso, volvemos al valor del 2015 ”, valoró Troccoli.

La pérdida en 2020 y el impacto en 2021 dependerán del tipo de fórmula de movilidad que se adopte. Hasta 2017, las pensiones se actualizaban semestralmente (en marzo y septiembre) mediante una fórmula que combinaba las variaciones en los fondos recibidos por la Anses y los salarios de los trabajadores con contrato laboral, entre otras variables.

“Hay que ver cómo funciona la nueva fórmula. Los salarios siguen de cerca la inflación, pero en los procesos inflacionarios nunca la igualan. Entonces hay que ver cómo queda el tope de la recaudación, que será muy mala durante unos años. Los jubilados están comenzando con un haber mensual muy bajo”, señaló Falcone.